sábado, 4 de junio de 2016

Cristianos suelten el camuflaje, poderosa palabra atraves de la Sierva Densy Sanchez en vivo!





Dios utiliza a sus hijos de una manera increible a la hora de esparcir su palabra, fijate como Dios utiliza esta joven evangelista Densy Sanchez para albertirte que sueltes el camuflaje y seas tu mismo waoooo tienes que verlo.

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¿Crees que es tu responsabilidad ayudar a edificar una iglesia sana? Si eres cristiano, creemos que lo es. Jesús te ordena hacer discípulos (Mt. 28:18-20). Judas te exhorta a edificarte sobre la fe (Jud. 20-21). Pedro te llama a utilizar tus dones para servir a los demás (1 P. 4:10).

Cación de Simeon tenía mucho de lo que nuestra predicación carece. ¿Qué es lo que nos falta? ¿Cómo podemos beneficiarnos? Las respuestas son sorprendentemente simples y apuntan al corazón mismo de lo que se conoce como la predicación expositiva. En gran medida, la convicción de este gran hombre acerca de la Biblia era la fuente misma de su influencia. Simeon creía que una explicación de la Biblia sencilla y clara es lo que hace que una iglesia sea sana y feliz. La exposición bíblica lleva a cabo el pesado levantamiento que hace falta para edificar una iglesia. Esta permanente creencia nunca dejó a Simeon. Por cuarenta y cuatro años, y desde un único púlpito de un pueblo universitario, incansablemente se dio a sí mismo a la primacía de la predicación. Semana tras semana, año tras año y década tras década, permaneció en el púlpito y declaró la Palabra de Dios con claridad, simplicidad y poder. 

Simeon definió su convicción acerca de la exposición bíblica de la siguiente manera: Mi esfuerzo consiste en sacar de la Escritura lo que está ahí, y no meter lo que pienso que podría estar ahí. Tengo un gran celo en esta cabeza; nunca hablar más o menos de lo que creo que es la mente del Espí- ritu en el pasaje que estoy exponiendo.2 Simeon veía al predicador como alguien que tenía el deber de aferrarse al texto. Estaba comprometido a LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA 12 permanecer en la línea, no elevándose nunca por encima del texto de la Escritura para decir más de lo que esta decía y nunca cayendo por debajo del texto reduciendo su fuerza o plenitud. Esta convicción —este maduro control— es frecuentemente olvidada hoy por aquellos que manejan la Palabra de Dios. 

Francamente, esta es la perdición de muchas de nuestras iglesias, incluso de las que son sanas doctrinalmente. Mucho de lo que pensamos que es predicación bíblica fiel en realidad yerra el blanco a causa de una falta de control. Y permíteme ser el primero en admitir que no siempre he ejercido el dominio para sacar solo aquello que se encuentra en la Escritura. 

Mi oración es que este pequeño libro, entre otras cosas, pueda ser usado por Dios para ayudar a explorar cómo los maestros y los predicadores de la Biblia pueden redescubrir esta convicción. Pero no solo es la convicción de Simeon la que vale la pena considerar. Los objetivos de Simeon en la predicación deben ser redescubiertos. Él enmarcó firmemente sus fines para la exposición bíblica de la siguiente forma: Humillar al pecador; exaltar al Salvador; promover la santidad.

No se puede decir más claro. Estos objetivos deberían guiarnos hoy. Nuestro mundo —como el de Simeon—

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